Washington, DC—Un grupo de astrónomos del Observatorio Las Campanas, de Carnegie, incluyendo a Mark Phillips y Guillermo Blanc, junto a Miguel Roth de la Organización Telescopio Magallanes Gigante, abogaron en contra de la contaminación lumínica en una reunión que se realizó la semana pasada y que contó con la presencia de diversas autoridades chilenas.
Combatir la contaminación lumínica no se trata de no iluminar, sino de iluminar bien, explicó Blanc. Él fue el encargado de presentar los efectos que produce la luz de las ciudades, carreteras e instalaciones mineras, en las cercanías de algunos de los mayores observatorios astronómicos instalados en el país.
Una de las principales preocupaciones de los investigadores y equipo técnico de Las Campanas, y el vecino observatorio de La Silla, es la ruta del Algarrobo. Blanc sugirió el uso de luminarias monocromáticas, como las luces filtradas y LED en tonos “ámbar”, y que concentren su iluminación hacia abajo para minimizar los efectos de contaminación.
La primera regulación chilena de luminarias data de 1998, y se aplica a solo tres regiones del norte de Chile (Antofagasta, Atacama y Coquimbo), en un esfuerzo por mitigar los efectos negativos en las observaciones astronómicas. En 2012, la revisión de este decreto derivó en una nueva norma que considera problemáticas adicionales como los límites en la intensidad de la luz emitida, el ángulo de emisión, y las longitudes de onda permitidas.
Este seminario se realizó en el marco de la conmemoración del primer Día Internacional de la Luz, y fue organizado por instituciones ligadas a la ciencia y tecnología y otras agrupaciones, con el fin de llamar la atención hacia los problemas causados por la contaminación lumínica. Las instituciones participantes incluyeron la Oficina de Protección de la Calidad del Cielo del Norte de Chile (OPCC), la Sociedad Chilena de Astronomía (SOCHIAS), el Ministerio del Medio Ambiente, la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología (CONICYT), y el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Expertos de diversas áreas desde biología, astronomía y medicina, hasta arquitectura, planificación urbana y diseño, presentaron sus preocupaciones en relación a la contaminación lumínica, con el objetivo de revisar y mejorar las políticas públicas de Chile en relación a este tema.
Otros expositores presentes en el seminario incluyeron detalles de cómo las poblaciones de aves marinas, en particular los volantones, se ven afectados por la presencia de luces artificiales, el impacto de la contaminación lumínica en los ciclos de sueño en los humanos, y cómo nuestros ritmos circadianos se ven afectados por la alteración de los horarios de sueño.
“Este evento fue producto de una relación a largo plazo entre los observatorios internacionales instalados en Chile, incluyendo Las Campanas, y el gobierno chileno, con el fin de trabajar en la protección del desierto de Atacama como laboratorio natural de investigación astronómica”, indicó más tarde Blanc. “Esto demuestra el compromiso de Carnegie de tener un impacto social positivo en el país anfitrión de LCO”